lunes, 2 de julio de 2018

JEUDI MON GRAND-PÈRE EST MORT

El jueves pasado murió mi abuelo y una de mis figuras paternas.

No soy un fan de los funerales, creo que nadie es un fan de los funerales salvo los pychos, pero si fuera por mi, I would go Irish! Juntaría a todos en un bar con remeras ploteadas con la cara del abuelo donde fluya el alcohol y donde entre risas y llantos compartamos sus historias. Eventualmente todos nos vamos a convertir en historias y va a depender de éstas por cuánto tiempo vamos a ser recordados.

Si se ponen a pensar, es un absoluto milagro que haya vivido tanto. No sólo estuvo secuestrado 3 meses y medio y casado con la Abuela, sino que era un verdadero peligro al volante. Definitivamente el peor conductor que vi en mi vida al que no sé muy bien cómo, a pesar que se confundía el freno con el acelerador, le renovaron el registro año tras año hasta que tenía casi 90!

Cuando era chico al abuelo lo veía inmenso y creo que más que respeto, le tenía terror. Alto, ancho, frío, de poca palabra y duro, muy duro. Según lo que me comentaron, uhm uhm Zoita, cuando nací no me quería nada pero a lo largo de los años fue aprendiendo a quererme hasta que logramos entablar una gran relación que me dejó un gran legado: su amor por la naturaleza, los libros, los viajes y el whisky.

Voy a recordar siempre las caminatas por el parque de La Margarita y el Náutico en las que me enseñaba los nombres de todos los árboles que nos cruzábamos, su ronquido furioso que se escuchaba por toda la casa, su cara roja y sudorosa en la lancha que nos tomamos en Iberá, los dos fines de semana enteros que pasamos pegados a la TV viendo Shogun, sus "ahi ahi ahi Patroclus, Patroclus" mientras sacudía su cabeza de lado a lado cuando le hacía un chiste que no entendía o me mandaba una macana y su cara blanca de asombro cual fantasma cuando le robaron en el subte de Barcelona TODA, literalmente TODA, la plata que tenía para su viaje que recién comenzaba.

Cabeza dura como pocos pero con un gran corazón lo quería mucho y lo voy a extañar aún más.

El otro día se me ocurrió una teoría. Qué si cuando uno muere puede elegir dejar alguna de sus virtudes o vicios a sus seres queridos? Si esto fuera posible, espero que no se vengue de este tributo y me deje sus ronquidos!